El termoformado al vacío, técnica avanzada en la fabricación plástica, se destaca por su capacidad para transformar láminas planas en formas tridimensionales con precisión y rapidez. A través de este proceso, productos cotidianos toman forma, desde envases y bandejas hasta componentes automotrices, pasando por una de sus aplicaciones más importantes que es el prototipado, evidenciando su versatilidad y eficiencia en producción.
Última modificación: 15 agosto 2023
El termoformado al vacío es un proceso de fabricación versátil y rentable que ha ido ganando terreno en los últimos años. Esta técnica de moldeo de plástico tiene amplias aplicaciones en diversas industrias, gracias a su capacidad para crear formas complejas con excelente precisión. Es la que se usa, por ejemplo, para crear los blísters de comprimidos en un medicamento, o para crear el embalaje transparente sellado de productos informáticos que toma su forma. En esta entrada de blog, exploraremos el proceso del termoformado al vacío, sus ventajas con respecto a otros procesos similares y sus aplicaciones.
El termoformado es un proceso de fabricación que implica calentar una lámina de termoplástico, es decir, de polímero que se vuelve flexible o moldeable calentándolo y que se solidifica al enfriarse, hasta una temperatura que permite darle forma sobre un molde por medio de fuerza o presión. El material plástico suele ser poliestireno, polietileno, PVC o ABS.
Cuando este plástico se enfría y se solidifica, el producto que se obtiene se recorta y se separa del molde. Existen diversas técnicas para el termoformado, como por ejemplo el conformado mecánico, el conformado a presión o el conformado por vacío. Las que más se usan suelen ser el vacío o la presión o una combinación entre ambas, por ejemplo, el conformado con láminas gemelas, que procesa dos láminas de forma simultánea, con dos moldes, uno en cada plato.
Ya hemos explicado que el termoformado implica calentar láminas de plástico en un molde para su ajuste, enfriamiento y solidificación. Pues bien, incluso sin calentar, algunos termoplásticos pueden adoptar formas deseadas si se aplica suficiente presión, para lo que usaremos compresores. En este caso hablamos del conformado en frío, y se usa para lograr detalles finos y precisos en piezas con menos distorsión, reduciendo riesgos de deformación por calor o alteraciones en las propiedades del material.
También existen otros métodos para dar forma a los plásticos, como el moldeo por inyección, que como su nombre indica, también implica un molde o matriz, y se suele comparar con el termoformado en rendimiento. El moldeo por inyección implica introducir a presión el plástico líquido (no en láminas como en el termoformado o el conformado en frío sino ya fundido a partir de formas como pellets o gránulos) dentro del molde, cerrado a una presión elevada, es decir, ejerciendo una fuerza mayor por unidad de área contra las paredes del molde contenedor que las que están en la atmósfera. La pieza se solidifica dentro tras enfriarse, y entonces se abre el molde y se expulsa. En este caso, el resultado ofrece un nivel de detalle mayor y un acabado más fino en el producto acabado, y puede obtener geometrías complejas y detalles intrincados. Un ejemplo de piezas formadas por inyección son las piezas de LEGO o juegos parecidos, o parachoques de coche, mientras que por moldeo, en frío o caliente, se suelen fabricar artículos más grandes, como envases de plástico tipo concha, paneles de puertas, tableros de vehículos, revestimientos de neveras, etc.
Por otra parte, existe el moldeo por soplado, del que ya hablamos en otro post, que consiste en expandir un parisón (tubo de plástico fundido) para crear partes huecas.
El termoformado al vacío es una variación del termoformado convencional. Implica el uso de un vacío para estirar la lámina de plástico caliente sobre un molde, asegurando un ajuste preciso y ajustado, sin burbujas de aire y con una presión uniforme en toda la superficie del plástico, lo que resulta en un producto acabado de mayor calidad. Este proceso permite formas intrincadas, detalles nítidos y un acabado superficial más suave en comparación con otros métodos de termoformado como el mecánico, aunque a veces superado por otros métodos de fabricación como el moldeo por inyección, que por otro lado, no se usa para fabricar el mismo tipo de productos, como hemos visto.
Se diseña y se fabrica un molde con la forma y las dimensiones que debe tener el producto acabado. Suele ser de aluminio, madera u otros materiales según la complejidad y el tamaño de ese producto final.
Se toma una lámina de termoplástico con las propiedades deseados, como resistencia al impacto, transparencia, flexibilidad, etc., y el grosor adecuado, muy delgado para envoltorios, por ejemplo, y más grueso para partes de automóviles, carcasas de electrodomésticos, etc. Esta lámina se calienta hasta alcanzar una temperatura adecuada para moldearla. Este proceso de calentamiento también se puede hacer al vacío para requerir menos energía y liberar menos calor a la atmósfera.
Se coloca la lámina de plástico caliente sobre el molde con la forma deseada y se aplica un vacío para estirar el plástico firmemente contra los contornos del molde. Esto ocurre porque al eliminarse el aire entre el plástico y el molde, se crea una diferencia de presión donde la presión atmosférica, mayor, presiona el plástico hacia el molde. Así, se garantiza una superficie uniforme y sin burbujas.
El plástico moldeado se enfría (algo que se puede hacer más rápido también al vacío, como explicamos en este post, en un proceso usado sobre todo en alimentos) y se endurece hasta volverse sólido con su nueva forma.
Al presionar el plástico contra el molde suele producirse un exceso de material, por lo que éste se recorta y si es preciso se aplican toques finales acorde con las necesidades del producto.
Algunas de las aplicaciones del termoformado al vacío incluyen:
Como hemos visto al principio, el termoformado al vacío a menudo se compara con otros métodos de moldeo de plástico, como el moldeo por inyección y el moldeo por soplado. Todos estos procesos se usan industrialmente porque tienen ventajas específicas de cada uno, y las del termoformado incluyen:
El termoformado al vacío requiere un equipo que retire el aire entre la lámina de termoplástico y el molde para adherirla mejor y adaptarla al contorno con el máximo ajuste, y según la aplicación concreta debe ser capaz de manejar vapor de agua, contaminantes, etc. Pueden ser de utilidad las bombas de paletas rotativas, que generan vacíos moderados y son aptas para la mayoría de aplicaciones, además de eficientes y confiables, las bombas de anillo líquido, muy usadas para aplicaciones a gran escala que requieran manejo de vapores, bombas de pistón, que tienen un tiempo de respuesta muy reducido permitiendo altas producciones, etc. Pídanos información sin compromiso.