Las aplicaciones de aire comprimido son esenciales en muchas aplicaciones industriales que buscan eficiencia, seguridad y versatilidad, ya que pueden generar y almacenar energía in situ, tienen una respuesta rápida y potente, pueden actuar en ambientes inflamables o explosivos y pueden usarse en una gran variedad de industrias. Explicamos cómo funciona un compresor para hacer uso de este recurso.
Última modificación: 13 noviembre 2023
La actividad industrial depende de recursos como el agua, el gas natural o la electricidad para funcionar. Sin ellos, las líneas de producción no podrían operar, sus sistemas automatizados no funcionarían, su actividad sería más difícil de controlar y sus procesos (producción, transporte, almacenamiento, limpieza, etc.) serían mucho más rudimentarios.
La electricidad, por ejemplo, la fuente de alimentación de la mayor parte de maquinaria, la iluminación, los sistemas informáticos, etc., mientras que el agua sirve para limpiar o disolver productos químicos, y el gas calienta de forma eficiente hornos y calderas.
No obstante, existe otro recurso que no viene tan fácilmente a nuestra mente cuando hablamos de estos roles fundamentales en la operación y producción industrial, porque no hay que transportarlo desde un yacimiento subterráneo, un río o una central hidroeléctrica que a su vez depende de la energía que suministran los combustibles fósiles o las plantas nucleares, sino que se produce in situ: el aire comprimido.
El aire comprimido se produce mediante compresores que capturan y comprimen el aire de la atmósfera del mismo entorno en el que se usará la energía que generan, y se utiliza para aplicaciones de industrias muy variadas, como la agroalimentaria, la de construcción, la automovilística, la médica, la metalúrgica y muchas más. En este post explicaremos qué es un compresor y cómo sirve para generar energía, transportar materiales, limpiar superficies y espacios y mucho más.
Antes de explicar qué es un compresor y cómo funciona, explicaremos de qué sirve comprimir el aire. Comprimir el aire significa que reducimos su volumen, es decir, que en una área más perqueña cabe el mismo aire, al aplicar presión sobre este y confinarlo en un espacio cerrado. Este aire comprimido almacena energía potencial que al liberarse se transforma en energía cinética que permite llevar a cabo trabajos como mover pistones o girar turbinas que accionan o mueven herramientas o sistemas automatizados, por ejemplo.
Por eso, mediante aire comprimido se pueden operar herramientas neumáticas (taladros, pistolas de clavos, etc.), pulverizar pinturas, limpiar superficies, soldar materiales, mover materias primas y mucho más. ¿Pero cómo hacemos que el aire ocupe menos espcio para propulsarlo y transformarlo en energía cinética? Es aquí donde entra en juego el compresor.
Un compresor trabaja bajo el principio básico de la termodinámica según el cual, al comprimir un gas, su presión aumenta (la fuerza que efercen las moléculas las unas sobre las otras) y éste ocupa menos espacio, reduciendo su volumen. A rasgos generales, los compresores funcionan de la siguiente manera:
La válvula del compresor se abre para dejar entrar el aire a través de una válvula de entrada a una cámara donde se comprimirá.
La válvula de entrada se cierra para sellar la cámara. Mediante un pistón, rotor, impulsor u otros mecanismos dependiendo del tipo de compresor, se disminuye el volumen del aire, aumentando su presión, es decir, reduciendo el espacio entre sus moléculas.
Al reducirse el volumen del aire, su presión aumenta y puede también aumentar su temperatura, dado que la energía mecánica de los pistones, rotores o impulsores puede transformarse en calor al comprimirse al aire.
El aire que se ha comprimido y a alta presión puede almacenarse hasta que tenga que ser liberado, mediante una válvula de salida hacia un sistema de almacenamiento.
A través de una válvula de salida, desde la misma cámara o el sistema de almacenamiento, el aire se expulsa hacia la herramienta o proceso que lo necesite, por ejemplo, un martillo neumático o un sistema de aire acondicionado..
Como hemos visto, la función de un compresor es la de comprimir aire aumentando su presión para almacenarlo y usarlo como fuente de energía, pero eso no quiere decir que no haya procesos que pueden lograr objetivos parecidos. Por ejemplo, las bombas hidráulicas y los sistemas eléctricos, pueden proporcionar fuerza y movimiento para herramientas y maquinaria de manera similar, aunque con mecanismos y aplicaciones distintas.
Las ventajas principales de un compresor en este tipo de procesos son:
Las ventajas del aire comprimido, que hacen que pueda sustituir en algunos casos a los sistemas operados por agua, gas o electricidad, permiten que muchas industrias recurran a él para usos como:
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