La fabricación de espejos combina tecnología avanzada y precisión. Con capas reflectantes metálicas depositadas mediante metalización al vacío, las modernas bombas de vacío aseguran una deposición uniforme y de alta calidad, garantizando reflejos perfectos en los espejos que utilizamos diariamente.
Última modificación: 25 mayo 2023
Aunque tengamos totalmente interiorizado vernos a nosotros mismos mientras nos lavarnos los dientes o arreglarnos en esa placa que refleja lo que tiene delante llamada espejo que incluso lleguemos a restarle importancia, este objeto tan cotidiano ha desempeñando roles diversos y significativos en diferentes ámbitos de la sociedad a lo largo de la historia. No sólo se han usado como parte de la rutina diaria del cuidado personal y la estética desde incluso antes del Antiguo Egipto: también han tenido un papel destacado en el arte y el diseño, en las prácticas religiosas y rituales, en los avances tecnológicos y científicos y en la comunicación y la seguridad.
Tenemos noticias de la existencia de espejos hace miles de años, aunque eran muy diferentes de los que conocemos hoy en día. En lugar de vidrio y metal, se utilizaban materiales naturales para crear superficies reflectantes, como la obsidiana, un tipo de vidrio volcánico, que se pulía en placas para obtener una superficie lo suficientemente lisa y reflectante. En el Antiguo Egipto y Mesopotamia, hace más de 4.000 años, se usaban espejos para fines estéticos y rituales que eran de bronce pulido, y en la Roma antigua, se utilizaban espejos de vidrio soplado que tenían una parte posterior de plata o plomo.
Pero como podremos imaginar, los espejos que usamos hoy en día, que se pueden encontrar desde en nuestros baños y vestidores, hasta en retrovisores de automóviles o cámaras fotográficas y telescopios, pasando por instrumental médico, entre muchos otros, no están hechos de una placa de metal precioso como entonces, que los hacían objetos caros y por lo tanto un lujo. ¿Cómo se fabrican estos espejos? ¿De qué están hechos? ¿Por qué su superficie es hoy tan perfectamente reflejante, mucho más que la de un metal pulido? Lo explicamos a continuación.
Los espejos modernos están compuestos por varias capas que trabajan juntas para lograr un reflejo claro y duradero. A diferencia de los espejos en la antigüedad, hechos de una placa de metal pulido, los actuales contienen varias capas que trabajan juntas para ofrecer un reflejo perfecto:
Como vemos, los espejos actuales pueden contener metales preciosos como en la antigüedad, como la plata, pero en una capa tan fina que los hace más económicos. La calidad del reflejo depende de una superficie perfectamente lisa y de una capa de metal totalmente uniforme y sin defectos, para lo que se usa el vacío.
La estructura y composición exacta de los espejos pueden variar dependiendo del fabricante y el tipo de espejo. Por ejemplo, algunos espejos pueden tener capas adicionales para mejorar la resistencia al desgaste o la calidad óptica.
Espejo con inscripción sobre prosperidad y longevidad, antigua dinastía Ming de China (1368-1644 dC)
La fabricación de un espejo implica el proceso de metalización, que es la aplicación de una capa reflectante en una superficie de vidrio, y que suele hacerse en condiciones de vacío. En este post hablamos sobre la metalización. En el caso de los espejos consiste en los siguientes pasos:
La fabricación de espejos incorpora tecnologías de vacío en varios de sus pasos para lograr que la capa reflectante sea uniforme y duradera. Dos ejemplos de ello, son:
La etapa principal en la fabricación de espejos que involucra la aplicación de una capa reflectante metálica sobre el vidrio es donde se utiliza principalmente la tecnología de vacío. En particular, se utiliza el método de deposición por evaporación al vacío.
En este proceso, el vidrio junto con el material metálico (como la plata) se coloca en una cámara de vacío. La cámara evacúa el aire para crear un ambiente de vacío, lo que significa que se reduce la presión atmosférica dentro de la cámara, de manera que al calentar el material metálico, generalmente mediante resistencias eléctricas o un calentador de filamento, se evapora y se deposita sobre la superficie del vidrio por condensación.
El vacío en la cámara es esencial para este proceso, no sólo porque reduce el punto de ebullición del metal, ahorrando energía y calentamiento, sino también porque evita la oxidación y la contaminación de la capa metálica durante la deposición con partículas que suelen estar presentes en el aire. Además, el ambiente de vacío proporciona una distribución uniforme del material metálico sobre la superficie del vidrio, lo que resulta en una capa reflectante de alta calidad.
Después de aplicar la capa metálica en el proceso de metalización, a veces se utiliza una tecnología de recubrimiento al vacío para aplicar una capa de protección sobre la superficie metálica. Este recubrimiento puede ser una capa de pintura o un recubrimiento sellante especial que ayuda a proteger la capa reflectante de daños y arañazos. El vacío se utiliza en este caso para crear un ambiente controlado y nuevamente evitar la contaminación o reacciones no deseadas durante el proceso de recubrimiento.
Una bomba de vacío utilizada para deposición al vacío y recubrimiento al vacío debe cumplir con ciertas prestaciones específicas para garantizar un rendimiento eficiente y confiable del proceso. Aquí hay algunas prestaciones concretas que se consideran importantes:
Las prestaciones requeridas pueden variar según la aplicación específica y el tamaño de la cámara de deposición o recubrimiento. Es importante consultar con fabricantes y expertos en vacío como Marpa Vacuum para seleccionar la bomba adecuada que cumpla con los requisitos de rendimiento específicos para cada caso.
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